¡¡¡LA
SUPER HADA!!!
-
¡ vuelaaaaa! ¡ vuelaaaa!
Ploooofffff . El hada Rosa volvió a caer al suelo.
A pesar de ser el hada
más joven, con la sonrisa más bonita, la más valiente y la mejor bailarina del
Reino, aun no sabía volar.
Su hermana Violeta, intentaba ayudarla, pero Rosa era muy testaruda.
Un día Violeta le llevó a la playa, a ver a su amigo Delfín, una dulce foca que
capitaneaba un barco del puerto del reino. Delfín tenía tres arrugas en la
frente una por cada año cumpleaños. Si conseguías tocarlas, te regalaba un
deseo. Rosa lo intentó, ya que quería y desea con todas sus fuerzas poder
volar... así que...¡¡UNA!! ¡¡DOS!! Y ¡¡TRES!!
-
¡Siii!, lo conseguí Delfín.
-
Eres muy buena Rosa, no te lo he puesto nada fácil... y te has
ganado tu deseo. ¿Qué quieres pedir?
-
Deseo poder volar tan bien como mi hermana Violeta
-
Por los poderes de foca yo te entrego el poder de volar...
Y....¡Shufffff! Un polvo
mágico de color amarillo cayó sobre Rosa.
- ¡Puedo volar! ¡ Puedo
volar! ¡Mírame Violeta!
Las dos hermanas felices fueron a mostrar a todo el reino que
Rosa ya podía volar, hablaron con el perro amarillo que vivía al lado del
puerto. Rosa le contó como la foca Delfín le había dado el poder de volar. El
perro amarillo había intentado miles de veces poder tocar sus tres arrugas,
pero siempre fallaba, el pobre soñaba con poder vivir en una casita en las
montañas, con el columpio más bonito del reino.
Siguieron volando y contándoselo a los demás, esta vez se
pararon con el caracol Sol; que deseaba con todas sus fuerzas tener un coche
descapotable estupendo para ir más rápido a los sitios, también hablaron con el
calamar Baltasar, que quería un albornoz más grande...y así hasta que vieron a
la lagartija Maruja llorando delante de la joyería, era el cumpleaños de su
madre la lagarta Marta y había olvidado comprar
su regalo, un pendiente para su oreja.
Pasaron los días y el hada Rosa seguía volando y volando sin
parar. Un día el perro amarillo la invitó a pasar la tarde en la cafetería
llamada “Interactiva”. Era un lugar de última moda, donde si te quedabas
fijamente mirando una de sus ventanas quedabas hipnotizada. El perro amarillo advirtió
a Rosa, pero esta es muy valiente y se atrevió a mirar por aquella ventana.
-
Mmmmmmmmm ¡ a mí no me pasa nada!- gritó Rosa
-
Qué raro... ¿seguro que estas mirando bien?- preguntó el perro
-
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Uooooo uooo uoooo !!!!!!!!!!!!!!
Las alas del hada Rosa se pusieron de un color brillante, y
comenzaron a moverse sin cesar. Ahora podía volar aun más rápido. Cogió a su
amigo el perro entre sus brazo y llegaron volando hasta el mar, allí vieron a
la foca Delfín tocando un instrumento muy raro, que pronto Rosa quiso
curiosear. Se trataba de un clarinete, la foca Delfín había estado asistiendo a
clases de música en la escuela musical “dulce de mar”, la más prestigiosa del
momento.
Rosa tuvo una idea, y le propuso a sus amigos dar una fiesta,
así la foca delfín podría tocar su clarinete y los demás lo pasarían genial
bailado y comiendo paste a la orilla del mar. Y así lo hicieron, Violeta y Rosa
prepararon un escenario lleno d flores, colocaron adornos por toda la playa y
mandaron invitaciones a todos sus amigos al perro amarillo, al calamar Baltasar,
a la lagartija Maruja... todos disfrutaron del gran banquete y al final de la
fiesta Rosa le dio las gracias a Delfín por haberle concedido aquel deseo, ya
que le había hecho el hada más feliz del mundo. ¡¡¡Y colorín colorado, este
cuento se ha acabado!!!
FIN
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